• 19 de diciembre 2023 Martes de la feria mayor de Adviento.
    Dec 22 2023

    CELEBRAR LA NAVIDAD SUPONE QUE NOS ALEGREMOS POR EL DON DE LA VIDA.


    San Lucas 1,5-25

    Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.

    Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.

    Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo".

    Pero Zacarías replicó: "¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada". El ángel le contestó: "Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo".

    Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo.

    Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues decía: "Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí”. 

    Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.


    En el anuncio del nacimiento de San Juan Bautista observemos que, la misión del precursor del Mesías, tiene bastantes motivos de gozo para sus padres y muchísima gente. Con esto nos damos una idea de la alegría que debe darnos la llegada del Hijo de Dios, aquel de quién san Juan Bautista dirá que no es digno de desatarle las correas de sus sandalias.


    La memoria de los santos Zacarías e Isabel la celebramos cada 5 de noviembre. Zacarías significa “Dios se acordó de mí” e Isabel “consagrada a Dios”. La vida en santidad de ellos no les privaba del oprobio de la esterilidad, la cual era considerada un castigo y en cambio la capacidad de engendrar, una bendición (Gn 25,21). 


    La vida es el más maravilloso don de Dios y por lo tanto debe verse siempre como un milagro, mismo que debemos recibirlo con alegría y nunca pretender acabarlo ni hacer mal uso de él. La misión de san Juan Bautista está definida en las palabras del Ángel Gabriel, y su nacimiento alegrará a sus padres y a mucha gente. Él será quien prepare el camino para la llegada del Mesías. De igual manera, debemos confiar siempre en que cada criatura, desde que inicia su


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  • 18 de diciembre 2023 Lunes de la feria mayor de Adviento
    Dec 19 2023

    CELEBRAR LA NAVIDAD NOS EXIGE SER COMO SAN JOSÉ.


    San Mateo 1,18-24

    Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

    Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".

    Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. 

    Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


    Contemplamos la colaboración de San José en la conformación de la Sagrada Familia, pues Dios no solamente ocuparía de una Madre para su Hijo, sino también de un Padre… y este fue San José.


    Nuestro texto se maneja en un ambiente tenso, hay un acontecimiento que no quiere ser asimilado conforme a la ley, pues San José, al darse cuenta que ya su esposa está esperando un hijo, sin que ellos hayan vivido juntos, prefiere evadir la ley y abandonar en secreto su compromiso de tomarla por esposa. De fondo, lo que ha pasado es que San José no fue tomado en cuenta antes para que el Hijo de Dios fuera engendrado por obra del Espíritu Santo en el seno virginal de María Santísima y sin embargo, sin su anuencia no podría completarse la obra de la redención humana.


    Por su parte san José, aunque se le menciona como un hombre justo, sobre pasa la ley en sí al no pretender que a la virgen María se le condene por la situación en que se encuentra.


    Esa noche san José, después de haberse puesto a descansar, en un sueño, recibirá la revelación de Dios sobre los planes que tiene para conformar la sagrada familia. El retraso de Dios para hacerlo, parece mas bien la ocasión para probar su santidad. 


    Con esto, se está dando la preponderante labor a la paternidad en el matrimonio. Aunque el matrimonio nos refiere al cuidado (nomos=ley) de la madre (matri=matriz), esta labor no puede estar sino avalada por un padre. Los hijos que nacen fuera de matrimonio son ilegítimos porque son solamente legítimos los nacidos dentro del matrimonio, así lo afirma el Código de Derecho Canónico (n.1137), pero aún los hijos ilegítimos pasan a hacerse legítimos al pertenecer a un matrimonio legítimo (n. 1139). 


    Es por esto que se hacía necesaria la anuencia de San José para que tomara a la Virgen María por esposa y le pusiera el nombre de Jesús al niño que iba a nacer. Los planes de Dios son muy grandes, pero estos podrían verse estropeados si tan solo San José se hubiera negado a conformar tal matrimonio.


    Dios tiene grandes planes sobre cada criatura que es engendrada en este mundo, pero para esto se hace necesario que colaboren ambos padres, pues esa es la gran necesidad de un bebe por nacer. En el caso de los hijos ilegítimos, pues aún los que no se han casado por la Iglesia los tienen, se hace necesario entender la participación de la gracia sacramental del matrimonio en esos esposos que aceptan llevar ahora sus vidas en la aventura de amarse de acuerdo los planes de Dios en ellos y para realizar los planes de Dios en sus hijos, suyos completamente o no, pero legitimados a partir del sacramento.


    La realidad de las familias hoy es alarmante, esta en disminución escandalosa el numero de familias conformadas por matrimonios bend


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  • 17 de diciembre 2023 Domingo “Gaudete” de la III Semana de Adviento
    Dec 19 2023

    ¿CÓMO PODREMOS ADQUIRIR LA ALEGRÍA DE LA NAVIDAD?


    San Juan 1, 6-8.19-28

    Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz. Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: '¿Quién eres tú?".

    El reconoció y no negó quién era. El afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como anunció el profeta Isaías".

    Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

    Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


    El pasaje de San Juan 1, 6-8.19-28 presenta a Juan el Bautista como un testigo de la luz, enviado por Dios para preparar el camino para Jesucristo. Juan el Bautista no es la luz, sino un testigo de la luz, y su misión es dar testimonio de la luz para que todos crean a través de él, se define a sí mismo como "la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor", cumpliendo con la profecía de Isaías. Su principal preocupación es el pecado que está corrompiendo al pueblo entero, por lo que migra al desierto para predicar la conversión a Dios. Su tarea es clara: denunciar los pecados, llamar a los pecadores a la penitencia y ofrecer un bautismo de conversión y de perdón. Cuando los judíos enviaron a unos sacerdotes y levitas para preguntarle quién era, Juan el Bautista negó ser el Mesías, Elías o "el profeta". En cambio, reafirmó su papel como la voz que clama en el desierto, preparando el camino para el Señor, el cual ya está entre ellos, pero no lo conocen, viene detrás de él y a quien no es digno de desatarle las correas de sus sandalias, porque es la luz de la que él solo es testigo.


    El tercer domingo de Adviento, conocido como Domingo Gaudete o "Domingo de la Alegría", es un momento especial en el calendario litúrgico que invita a los fieles a experimentar la alegría en anticipación a la venida del Señor. El término "Gaudete" proviene del latín y significa “regocíjense”. Este domingo se caracteriza por el cambio de color en los ornamentos litúrgicos, de morado a rosa, simbolizando el gozo y la alegría. La alegría en el contexto del Domingo Gaudete no es una emoción superficial, sino una profunda sensación de gozo que surge de la esperanza y la anticipación de la venida de Jesús. Esta alegría se basa en la certeza de que Dios acompaña a sus hijos, alimentando la esperanza y el coraje, incluso en medio de los problemas y sufrimientos.


    El Papa Francisco, en sus reflexiones para el Adviento de 2023, enfatiza tres actitudes para preparar la venida del Señor: la alegría constante, la oración perseverante y la gratitud en todas las circunstancias. Según el Papa, para acoger la invitación del Señor a la alegría, es necesario estar dispuesto a cuestionarse, preguntándose: "¿Qué debo hacer?” Se debe buscar la alegría a pesar de los problemas y sufrimientos, para acoger esta alegría es necesario ser capaz de tener la certeza de que Dios acompaña a sus hijos, para alentarnos en la


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  • 16 de diciembre 2023 Sábado de la II semana de Adviento.
    Dec 18 2023

    PARA CELEBRAR LA NAVIDAD DEBEMOS SUPERAR LA TENTACIÓN DE REPETIR LOS PECADOS DE NUESTRO LINAJE.


    San Mateo 17, 10-13

    En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?".

    Él les respondió: "Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en gana, del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos".

    Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista.

    Palabra del Señor.


    Ya en Mt 11,14 Jesús afirmaba que en San Juan Bautista se realizó el anunciado regreso de Elías, pues él había sido arrebatado al cielo (2 Re 2,11). Por eso, de manera paralela al Mesías anunciado, se hablaba de el regreso de Elías, quien vendría a preparar su camino, según lo había anunciado Isaías (40,3).


    En cuanto a los escribas que estaban en la interpretación estricta de la ley, pidiendo que primero se manifieste Elías, para vida de poder luego creer en la llegada del Mesías, se convierte en una actitud “burocrática” de aquellos que representaban a Moisés (Mt 23,2). Y si ya no habían reconocido a San Juan Bautista y habían hecho lo que se les vino en gana con él, entonces lo mismo le esperaba al Mesías, es decir a Jesús.


    Recordemos que este pasaje (Mt 17,10-13) es continuación del pasaje de la transfiguración (vv. 1-9) y después, sigue un milagro que hace, reclamando con enfado a sus discípulos que no pudieron expulsar un demonio por falta de fe (vv. 14-20), luego Jesús anuncia su pasión (vv.22-23). Por lo tanto, mencionando a Moisés y Elías en la transfiguración, los discípulos se emocionan por ese hecho maravilloso, pero luego, deben bajar a encontrarse con la realidad de la falta de fe de quienes despreciaron a San Juan Bautista y luego lo despreciarán a él. Todo por la falta de fe que ya tienen, misma que ellos también pueden tener en la medida en que sigan siendo como la “generación incrédula y perversa” en la que viven (v.17).


    El ambiente nefasto y adverso, en que se hace presente Jesús, es realmente contrario al Reino; por tanto, el rechazo a quien prepararía su camino y a él mismo se hará notar, porque lo mismo que hicieron con San Juan Bautista, llegarán luego a hacerlo con él. 


    Ante esto debemos preguntarnos si nosotros estamos repitiendo los esquemas de rechazo a Dios que se han dado en nuestro linaje o nuestro ambiente cultural, no vaya ser que, sin ser conscientes, también vivamos rechazando a Jesús y haciendo lo que se nos venga en gana.


    Pidamos a Dios la gracia de prepararnos lo más que podamos para esta Navidad, porque para recibir a Jesús realmente, debemos esforzarnos por no tener la manera “perversa y malvada” de nuestro linaje y de nuestra generación. Pidamos también que en María Santísima sepamos permanentemente corregirnos y orientarnos hacia la espera de su Reino.


    Feliz fin de semana para todos!


    P. Gabriel Panduro Muñoz.


    Súplica a Nuestro Señor Jesucristo que corte y libere la atadura que nos descubre el evangelio de San Mateo 17, 10-13; liberación de la atadura del rechazo a Jesús y de seguir haciendo de nuestra vida lo que nos venga en gana.


    Señor mío Jesucristo te suplico que mi corazón y mi espíritu sean liberados de toda atadura, en mí o en mi linaje, que está llevándonos a vivir sin esperar tu segunda venida, ni celebrar verdaderamente tu Navidad, por dejarnos arrastrar por las leyes anticristianas y los caprichos de nuestras pasiones desordenadas; te suplico el perdón por los pecados que he cometido, yo y mi familia, a partir de todo esto.


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  • 15 de diciembre 2023 Viernes de la II semana de Adviento. Santa María de la Rosa, Fundadora.
    Dec 18 2023

    EL ADVIENTO NOS EXIGE RESPONDER A DIOS SUPERANDO TODA ATADURA.


    San Mateo 11, 16-19

    En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿Con qué podré comparar a esta gente? Es semejante a los niños que se sientan en las plazas y se vuelven a sus compañeros para gritarles: 'Tocamos la flauta y no han bailado; cantamos canciones tristes y no han llorado'. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron: `Tiene un demonio'. Viene el Hijo del hombre, y dicen: `Ése es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y gente de mal vivir'. Pero la sabiduría de Dios se justifica a sí misma por sus obras”. 

    Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


    Hoy Jesús menciona a San Juan Bautista como el hombre que “ni comía, ni bebía”, pero que llegaron a decir de él que tenía un demonio; más ahora que viene él mismo, que es el Hijo de Dios, para traernos la presencia de su Reino, conviviendo con los pecadores y haciendo fiesta con ellos para mostrarles el Rostro de la misericordia Divina, resulta que es tildado como un borracho y un glotón.


    Por una parte el Adviento es desierto que nos hace renunciar a los poderes y deleites de este mundo, pero por otra, también es tener la apertura de Jesús para ir con aquellos que el mundo ha arrebatado y con su mismo amor atraerlos hacia el buen camino. Eso puede traer bastantes críticas, pues tanto vivir con autenticidad el Evangelio, con una vida de austeridad, como poner en práctica su caridad pastoral hacia los pecadores de hoy, puede traer grandes incomprensiones.


    ¿Quién estará detrás de este modo de comportamiento? Hay que recordar que satanás es quién seduce este mundo (Ap 12,9), por su sutil presencia en todos los reinos que consiente o inconscientemente no le sirven a Dios, va inspirando todo tipo de aberración en las generaciones, por tal de desviar del verdadero camino hacia Dios. De este modo, se puede hablar de un dominio de satanás, no solo en una generación sino en una cultura (millones de personas), por medio de una influencia en los modos de pensar (La sanación de familias. P. 198).


    Nosotros podemos decir que eso ya no nos afecta porque ya estamos convertidos, sin embargo no es cierto. Los ambientes nos arrastran y poco a poco nos vamos acomodando a los modos y maneras de ser de las culturas, hasta el grado de tener que hacer honrosas excepciones, precisamente porque se trata de un fenómeno cultural. Cuando esto lo aplicamos a los linajes sucede lo mismo, al grado de encontrarnos con familias completas que no tienen la capacidad de otros linajes, para llevar a cabo ciertas acciones en sintonía con los valores del Reino de Dios, en cambio a la hora de una acción del anti-reino, estas son más prontas para reaccionar favorablemente.


    Nos toca a nosotros hacer permanentemente una revocación de las malas influencias que venimos arrastrando de nuestros linajes y de nuestra cultura, por las cuales aún no podemos del todo desprendernos hacia la respuesta favorable que Dios está esperando de nosotros. Nos puede estar pasando lo mismo que aquellos que no sabían entrar al juego de “bodas y funerales” (v.17). Porque para recibir a Dios debemos revisar qué es lo que hay dentro de nosotros mismos, que herencias tenemos de nuestro linaje y nuestra cultura, pues para llegar a una verdadera celebración de la Navidad, debemos responder con la misma mentalidad de Jesús respecto a las cosas del mundo y con sus mismos sentimientos hacia los pobres y los pecadores.


    En este tiempo de Adviento, pongamos todo nuestro empeño para celebrar debidamente la Navidad, no solamente cuidando los elementos externos, que de alguna manera indican los internos, sino precisamente empezando desde nuestro interior con la adecuada conversión que nos exige adquirir el mismo modo de ser de Jesús


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  • 14 de diciembre 2023 Jueves de la II semana de Adviento. San Juan de la Cruz, Presbítero y Doctor de la Iglesia
    Dec 18 2023

     QUE LA HUMILDAD Y LA OBEDIENCIA DE JUAN BAUTISTA INSPIREN NUESTRA RESPUESTA A DIOS.


    San Mateo 11,11-15

     «En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.

    Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.

     Pues todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron.

    Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir.

    El que tenga oídos, que oiga.

    Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


    San Juan Bautista respondió a Dios en su tiempo, como el último profeta que existió en el Antiguo Testamento. Fue quien tuvo el gran privilegio de preparar la llegada de Cristo. Jesús lo elogia y dice que no hay ningún hombre más grande que él. 


    Lo que sigue después de elogiar a San Juan Bautista, nos debe sorprender grandemente. Jesús nos habla de quienes hemos respondido a la entrada de su Reino. Dice que el más pequeño de este reino es todavía más grande que San Juan Bautista. 


    Por lo tanto, hemos de comparar nuestra respuesta a Dios, con el criterio de humildad, no creyéndonos más capaces o maduros que otros, sino siguiendo con obediencia el camino de la Cruz. Porque en la medida en que nos hagamos pequeños, de acuerdo al Evangelio, en esa medida estamos respondiendo bien y somos más grandes que Juan Bautista, como Jesús lo ha dicho.


    No nos dejemos engañar por el enemigo, éste fue tan sutil en ese tiempo, que hizo ver lo que no era: en Juan Bautista, a quien la gente llegó a decir que estaba endemoniado; y a decir que Jesús era un comilón, bebedor y amigo de publicanos (Mt 11,18-19). Si eso logró entonces, nos preguntamos ¿qué está logrando ahora? Por eso, Santa Faustina dijo: “satanás puede ponerse el manto de la humildad, pero no es capaz de vestir el manto de la obediencia, y es aquí donde se revela toda su maldad”, (Diario 939). 


    Esto nos recuerda también, el consejo de Santa Teresa que decía que si un confesor ordena algo que no está de acuerdo con lo que esté inspirando el Señor, hay que preferir obedecer al confesor, en otra de sus enseñanzas, Santa Teresa menciona que siempre que el Señor le mandaba algo en la oración, si el confesor le mandaba otra cosa, el Señor volvía a hablarle diciéndole que obedeciera al confesor https://www.mercaba.org/ARTICULOS/O/obediencia_santa_teresa_de_jesus.htm).


    Pidamos la gracia de discernir a diario de acuerdo a esa opción por el Reino, para hacernos pequeños y ver todo de acuerdo al plan de Dios, por el camino de la humildad que nos hace obedientes hasta la Cruz.


    Feliz día para todos!


    P. Gabriel Panduro Muñoz.


    Súplica a Nuestro Señor Jesucristo que corte y libere la atadura que nos descubre el evangelio de San Mateo 11,11-15; liberación de la atadura de la falsa humildad que nos hace vivir en desobediencia al Evangelio y a la Iglesia fundada por Jesús.


    Señor mío Jesucristo te suplico que mi corazón y mi espíritu sean liberados de toda atadura, en mí o en mi linaje, que está llevándonos a vivir sin esperar tu segunda venida, ni celebrar verdaderamente tu Navidad, debido a nuestra irresponsabilidad para cumplir la misión que Dios nos ha encomendado y está generando que nuestras familias y sociedad que nos gocemos de vivir bajo el gobierno de nuestros propios instintos; te suplico el perdón por los pecados que he cometido, yo y mi familia, a partir de todo esto.


    No permitas nunca más, Oh Señor Jesús, que esta atadura nos esté llevando, a mi o a mi linaje, a vivir vinculados a cualquier tipo de relación ilícita con amistades que nos mantengan, en el pecado y sigamos preocupados por nuestros propios intereses y sin dispon


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  • 13 de diciembre 2023 Miércoles de la II Semana de Adviento. Santa Lucía, Virgen y Mártir.
    Dec 14 2023

    SOLO PODREMOS SANARNOS Y LIBERARNOS SI APRENDEMOS DE JESÚS A SER MANSOS Y HUMILDES DE CORAZÓN.


    San Mateo 11,28-30

    En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”. 

    Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


    Jesús nos dice “vengan a mí”, porque sabe que permanentemente satanás estará ofreciéndonos sus caminos falsos, para que accedamos al pecado y creyendo en sus mentiras, nos dejemos atrapar; satanás nunca nos dejará en paz, pues quiere que lleguemos a odiar a Dios, por proponernos un camino de sometimiento a su Santa Voluntad, por lo que él siempre nos ofrecerá desobedecerlo, como él lo hizo, para “comer la fruta prohibida” y hacernos creer que podremos llegar a ser como dioses, conocedores del bien y del mal (Gn 3,5).


    Es cierto, la invitación de Jesús es para entrar por la puerta estrecha y a tomar el camino angosto, porque el camino que lleva a la perdición es “ancho” y “amplia” la puerta de entrada al infierno (Mt 7,13); por eso, lo que Jesús nos ofrece no es aceptado por todos, sino por pocos, pues su invitación es “austera” a la vista, más contiene por dentro el tesoro escondido del Reino de los Cielos, el cual no puede recibirse sin conversión (Mt 3,2).


    Aún a pesar de que hayamos sido engañados por satanás, al igual que nuestros primeros padres, las palabras de Jesús nunca llegan tarde, aún hoy, por más mal que estemos, por más que nos hayamos alejado del camino de salvación, Jesús no se contradice a sí mismo, Él ha permanecido fiel, aunque nosotros le hayamos fallado y sabe que somos de barro, por eso, una y otra vez nos dice “vengan a mi”, para sanar nuestras heridas, para liberarnos de aquello que es más grande que nosotros y por nuestras propias fuerzas nunca podremos vencer.


    Ahora tenemos la presencia misma del Hijo de Dios que se ha encarnado y viene a vivir nuestra propia historia, para que, al verlo hecho hombre logremos comprender el camino de nuestra salvación y así levantarnos definitivamente de la esclavitud del pecado. Lo único que ocupamos es “acudir a Él” y entregarle nuestras cargas y fatigas, para que Él nos sane y libere. Ocupamos también decidirnos a tomar la Cruz, la cual es ese “yugo suave y carga ligera”, pues comparando el dolor del pecado, con el de la Cruz, tendríamos que calcular la diferencia que hay entre estar el Cielo o en el infierno.


    Jesús nos pide que aprendamos de Él que es manso y humilde de corazón (Mt 11,29), no pedirá que aprendamos nada más de Él en todo el Evangelio, porque con este aprendizaje estaremos en camino seguro de vernos liberados de las permanentes insidias de satanás, el cual siempre nos propondrá lo que en él existe, la soberbia, el orgullo, la vanidad, la ira y todos los vicios del alma y del cuerpo para alejarnos de Dios.


    Pidamos a Dios la gracia de acudir permanentemente al llamado que Jesús nos hace y vayamos adquiriendo las virtudes de su Sagrado Corazón.


    Feliz día para todos!


    P. Gabriel Panduro Muñoz.


    Súplica a Nuestro Señor Jesucristo que corte y libere la atadura que nos descubre el evangelio de San Mateo 11,28-30; liberación de la atadura que nos impide disponernos a vivir en la humildad y sencillez de los hijos de Dios a ejemplo de Jesús y hacernos merecedores de recibir los secretos del Reino.


    Señor mío Jesucristo te suplico que mi corazón y mi espíritu sean liberados de toda atadura, en mí o en mi linaje, que está llevándonos a vivir sin seriedad la vida cristiana, por no tener la disposición para que Dios habite en nosotros, al aceptar aún vivir en odios, traumas o miedos, en rel


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  • 12 de diciembre 2023 Martes, SOLEMNIDAD DE LA VIRGEN DE GUADALUPE PATRONA DE AMÉRICA.
    Dec 14 2023

    AL RECIBIR LA VISITA DE MARÍA SANTÍSIMA, RECIBIMOS A LA SANTÍSIMA TRINIDAD.


    San Lucas 1, 39-48

    En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor". Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava”. 

    Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


    Las apariciones de la Virgen se han hecho mucho más frecuentes en las últimas décadas. Algunos estudiosos –cita O’Neill en su página web— estiman que a lo largo de la historia después de Jesucristo, han ocurrido unas 2.500 apariciones marianas, de las cuales tan solo en el siglo XX se dieron cerca de 500. De acuerdo al Diccionario de Apariciones de la Virgen María, a lo largo de la historia, 308 de estas apariciones han sido a futuros santos o beatos (https://es.aleteia.org/2015/12/08/cuantas-veces-se-ha-aparecido-la-virgen-en-la-historia/), todo estas visitas, nos parecen indicar que desde que la Virgen visita a su prima Santa Isabel, comprende que su misión es ir a visitar, para quedarse a servir y para que el Espiritu Santo se derrame en los corazones de quienes visita.


    El nombre de Guadalupe viene ya de una devoción española, aunque la imagen de la Virgen del Tepeyac tiene elementos originales, también la que se venera desde el siglo XII en Toledo España es morena, con once estrellas en su manto, pero esta aparece coronada y con el Niño Jesús en sus brazos. El Papa San Juan Pablo II, dijo en su visita al Santuario de Cáceres, España: "Es indiscutible la estima tan grande que le tengo a la Virgen de Guadalupe de México. Pero me doy cuenta de que aquí están sus orígenes. Antes de haber ido a la Basílica del Tepeyac, debería haber venido aquí para comprender mejor la devoción mexicana” (4/11/82).


    Nosotros sabemos que México no sería lo que es sin la Virgen de Guadalupe, ella vino a quedarse y a fundar nuestra Nación. “Su llegada llenó de alegría, de luz y armonía, todo el Anahuac”. Se trata de que ahora nosotros le permitamos a Ella que nos visite, que se derrame el Espíritu Santo sobre nosotros, sobre esas áreas de nuestra vida en donde aún no dejamos que Dios entre.


    La Virgen de Guadalupe pide un Templo, por medio de San Juan Diego, al Obispo. Ahora nosotros debemos ofrecerle el templo de nuestro corazón. Para que ahí nos muestre a “aquel que es su amor”, es decir para que nos de a conocer a su Hijo y podamos reconocerla a ella nuestra madre y como la madre de nuestro Señor.


    Pidamos la gracia de que verdaderamente dejemos que Nuestra Madre siga fundando nuestra patria y confirme nuestra vida sanada y liberada, porque en la medida en que la dejemos llagar a todas las áreas de nuestra vida, su presencia es garantía de que habita en nosotros el amor de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es decir de la Santisima Trinidad.


    Felices fiestas Guadalupanas!


    P. Gabriel Panduro Muñoz.


    Súplica a Nuestro Señor Jesucristo que corte y libere la atadura que nos descubre el evangelio de San Lucas 1,39-48; liberación de las


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