En el episodio de hoy, vamos a explorar una de las historias más conocidas y fascinantes: el relato del Arca de Noé y el diluvio universal. Pero no nos limitaremos solo a la versión bíblica, analizaremos esta historia desde la perspectiva de otras culturas y épocas, ya que han habido diversas civilizaciones en el mundo que curiosamente han contado historias similares. Hablaremos de ello y de la posibilidad de que efectivamente hubiese ocurrido un evento de estas características en una pasado muy remoto, el cual quedó reflejado de diversas formas en relatos antiguos. Comenzaremos con la historia que cuenta el libro del Génesis, en el Antiguo Testamento de la Biblia. En esta narrativa, se explica cómo la humanidad fue castigada por Dios con un diluvio para limpiar la tierra de maldad y corrupción, y así renovar lo que fue su creación. De toda aquella decadencia y destrucción, Dios decide elegir a Noé para salvarlo junto a su familia, ya que era un hombre justo y fiel a él. Para ello, le encomienda una misión extraordinaria: construir un arca gigantesca donde poder alojar a su familia y a una pareja de cada especie animal. En el libro del Génesis se detallan las instrucciones para la construcción del arca. Debía ser hecha con madera de gofer, un tipo de madera que no se identifica claramente en la actualidad, pero que obviamente se presume que era resistente y adecuada para la construcción naval. La estructura debería ser cubierta de brea por dentro y por fuera para hacerla impermeable y protegerla del agua. Sus dimensiones serían muy considerables; debería tener una longitud de 137 metros, unos 25 metros más que un campo de fútbol, con una anchura de 22,5 metros y una altura de 13,5 metros, equivalente a un edificio de cinco plantas. El interior tendría tres niveles y diversos compartimentos para poder separar los diferentes tipos de animales y almacenar las provisiones necesarias. Habría una abertura o ventana para ventilación e iluminación situada a medio metro de la parte superior del arca, y la puerta por la que accederían las personas y animales debería ser colocada en uno de los costados de la embarcación. Con estas indicaciones, Noé se puso inmediatamente manos a la obra, pero la construcción no se hizo de la noche a la mañana, como parece haberse entendido por el imaginario colectivo, sobre todo a través del cine. Ciertamente, la Biblia no especifica exactamente cuánto tiempo tardó Noé en construir el arca. Sin embargo, se pueden hacer algunas estimaciones si nos basamos en las edades y eventos mencionados en el Génesis. De entrada, tengamos en cuenta que en el período en el que transcurre la historia del Arca de Noé, según se cuenta en el Antiguo Testamento, las edades de los hombres eran significativamente mayores que las que experimentamos en la actualidad. Por poner ejemplos de algunos personajes bíblicos: Adán vivió 930 años, Cainán 910, Jared 962, Lamec 777, o Matusalén, el hombre más longevo mencionado en la Biblia, que vivió 969 años. Noé era hijo de Lamec y nieto de Matusalén. El libro del Génesis indica que Noé tenía 500 años cuando tuvo a sus tres hijos, Sem, Cam y Jafe, tenía 600 años cuando ocurrió el diluvio y vivió hasta los 950 años. No obstante, la longevidad de estos personajes se interpreta de diferentes maneras en diversas tradiciones y estudios bíblicos, por lo que no podemos confirmar que estemos hablando de lo mismo en términos de edad. No obstante, han habido debates entre expertos en el estudio de la Biblia sobre el asunto de las edades de los hombres y la duración de la construcción del arca de los cuales se ha llegado a considerar que ese periodo sería de entre 55 y 75 años, dependiendo de las interpretaciones de unos y otros. En cualquier caso, estaríamos hablando de décadas desde que Noé recibió el encargo hasta que lo finalizó. Cuando el arca estuvo lista. Noé, su esposa, sus tres hijos, junto a las esposas de estos y todos los animales, ingresaron en el arca. Poco después se iniciarían las intensas lluvias, que duraron 40 días y 40 noches, cubriendo toda la tierra y destruyendo a todos los seres vivos fuera de la embarcación. Las aguas se mantuvieron durante 150 días, y el arca quedó a la deriva hasta que, al cesar las lluvias, acabó descansando en el Monte Ararat, un volcán inactivo de 5.137 metros de altura situado en el extremo oriental de lo que hoy conocemos como Turquía, Al bajar del arca, Noé construyó un altar y ofreció sacrificios a Dios en agradecimiento. Como respuesta a su lealtad, Dios estableció un nuevo pacto con Noé y con toda la creación, prometiendo no destruir nuevamente la tierra con un diluvio. El arcoíris fue creado como señal de ese pacto eterno. Ahí finaliza la historia del diluvio según la Biblia. Pero la Biblia no es la única fuente que habla de ello. Sorprendentemente, encontramos relatos similares en muchas culturas alrededor del mundo. Uno de ...